Por Rodrigo Maya Blandón
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@mayatelevision
Enfrentarse, con una cáscara de banano, a un plantón organizado por la Administración Municipal de Argelia de María para impresionar a los periodistas, sólo lo hace Carolo. Ocurrió el sábado 15 de marzo y salió ileso, pero iracundo por la agresión verbal y casi física del secretario de educación del municipio, Adrián de Jesús Valencia Galvis y otros funcionarios de la municipalidad.
Los 34 periodistas del colectivo “Caravanas para el Desarrollo”, habíamos llegado a Argelia a las 2 de la tarde, invitados por Asocomunal y un nutrido grupo de campesinos que nos esperaban con consignas y pancartas a un costado de la iglesia. La cita con la alcaldesa, Flor Dey Granada, estaba prevista para las cinco de la tarde. Queríamos conocer las dos versiones del grave problema administrativo que afronta esta población.
Nuestra sorpresa empezó cuando vimos un contra plantón al frente de la alcaldía con micrófonos y pancartas, organizado por la Administración Municipal. Estaba conformado, nos dijeron, por empleados y contratistas de la Administración. Una de las participantes del plantón oficial nos dijo: “Estamos defendiendo el puesto que ellos quieren”… Me pareció lógico en un pueblo cuyo mayor empleador es el Municipio. “La lucha aquí, es por la papa”, pensé… Estamos en una Caracas pequeña, con plantones y contra plantones…Pueblo contra pueblo, oposición contra administración.
Fotos en el plantón de Asocomunal y fotos en el contra plantón, discursos y acusaciones arriba y discursos y acusaciones abajo, en la alcaldía… Una tarde de toma y dele… Quería tener las dos versiones… la de arriba y la de abajo…
Cuando terminó el plantón de Asocomunal, como a las 4 de la tarde, bajamos a almorzar y vimos que el contra plantón todavía estaba ahí…en su sitio de trabajo…cumplidos y efervescentes… El secretario de educación, micrófono en mano, nos azuzó a los cansados integrantes del contra plantón (estaban laborando a pleno sol desde las dos de la tarde). Nos señalaba y vociferaba contra nosotros por no haberlos acompañado en su contra plantón. Que estábamos cargados contra ellos, que sólo habíamos escuchado a la contraparte…que estábamos parcializados… gritaba energúmeno.
Carolo, que se había tomado un banano en el plantón de arriba, traía en su mano la amarilla cáscara y señalando con ella, respondió a la agresión verbal del enfurecido secretario de educación municipal, ejemplo a seguir por los niños y jóvenes del municipio, referente académico para maestros y profesores de la municipalidad y enlace natural para las políticas de Antioquia la más Educada. “La reunión con la alcaldesa es a las cinco”, dijo Carolo, con su peculiar y gangosa vos. La agresión verbal subió de tono y llegó al punto de irse a las manos. “¿dónde está la inversión en este municipio que llevo dos cuadras con esta cáscara de banano en la mano y no he encontrado una canastilla para botarla?”, remató Carolo y blandió su arma en medio de la turba enardecida por el vociferante secretario de educación, que en un momento de lucidez le respondió: “preste yo se la boto en las canecas de la alcaldía”. Y Carolo se despojó de su única arma… (yo ya le había aconsejado que se la diera a una de las decenas de mulas que estaban paradas en las destruidas calles del pueblo). El asunto se fue enfriando después de la entrega de las armas, por parte de Carolo y nos fuimos a almorzar…Eran las cuatro y 20 de la tarde.
RUEDA DE PRENSA COMO UN RUEDO
A las cinco en punto, casi todos los 34 periodistas del colectivo “Caravanas para el Desarrollo”, estábamos en el segundo piso de la alcaldía esperando la rueda de prensa con Flor Dey Granada. Tensa calma. Ires y venires de funcionarios. Una funcionaria, activista del contra plantón, salía y entraba. Finalmente dijo: “Y ese tal periodista Julián Ramírez es que no va a venir a oír la verdad”? Se refería a uno de los más asiduos críticos de Flor Dey Granada y su gobierno. Le pregunté a la funcionaria que si íbamos a asistir a una rueda de prensa o a una pelea. Me miró sorprendida por la pregunta, me sonrió y se entró para el despacho donde la alcaldesa estaba reunida con sus asesores más cercanos.
A las 5 y 10 salió la alcaldesa con su equipo de asesores entre los que se destacaba por su fogosidad y agitación el secretario de educación, Adrián de Jesús Valencia. Oscar Castaño, el director del colectivo, hizo una introducción en la que se quejó por la forma como los periodistas habían sido tratados por quienes dirigían el contra plantón y le recordó a la alcaldesa que la agenda incluía dos puntos: una cita con Asocomunal a las 3 de la tarde y una rueda de prensa con ella a las cinco. La alcaldesa, muy seria y con la rabia contenida, lo escuchaba. El secretario de educación luchaba por contener sus impulsos agresivos.
La alcaldesa empezó su intervención lanza en ristre. Dijo que se sentía decepcionada e indignada por la actitud de los periodistas que habían agredido a sus funcionarios manifestantes y sindicó directamente a Carolo de agredir a su secretario de educación con una cáscara de banano. Carolo, como un resorte, se paró de su silla y le increpó a a la alcaldesa que lo que decía era falso, que él no había agredido a nadie… y se armó la algarabía. El secretario de educación, que debería dar ejemplo de seriedad y sensatez, explotó en mil improperios contra Carolo. Oscar Castaño, tratando de orientar y darle orden al zaperoco, tomó el micrófono de su cámara, ordenó al camarógrafo que grabara y soltó la primera pregunta que retumbó en el recinto como una bomba: “¿Dónde están, alcaldesa, los 1.900 bultos de cemento que andan perdidos”?. La alcaldesa lo miró con odio, y no respondió, pero su guarda espaldas intelectual si lo hizo y se abalanzó contra Oscar a quitarle el micrófono. La cámara grababa el forcejeo del periodista y el secretario de educación, que trataba de hacer ante la cámara la presentación de la versión oficial de la Administración. Surgía un nuevo presentador.
La alcaldesa y el resto de periodistas mirábamos el forcejeo y el tremendo agite de los demás funcionarios, que estaban a punto de meterse en la contienda. Hasta que la alcaldesa actuó y le ordenó a la policía que sacara a los periodistas del recinto. Entraron tímidamente, sin la contundencia del ESMAD, y salieron del recinto Oscar Castaño, Carolo, Julián Ramírez y otros colegas indignados.
Los que estaban más cerca de la alcaldesa se quedaron y cuando bajó el agite, le hicieron algunas preguntas que Flor Dey Granada fue respondiendo sin lograr salir de su alterado estado de ánimo.
Le preguntaron por qué había quitado del parque la caseta de Asocomunal. Respondió que hay una ley que obliga a los alcaldes a recuperar el espacio público y que ella la había aplicado. Me pareció correcta su acción. Le preguntaron por los 1.900 bultos de cemento que no aparecían. El secretario de educación se encrespó, pero ella respondió que se los había dado en consignación a un contratista para que no se solidificaran pues no los podía usar todavía. Lo creí adecuado, pero después me complementaron la información y me dijeron que el contratista que los recibió está quebrado y no tiene cómo devolverlos…Le preguntaron por el mal estado de todas las calles. Dijo que eso viene de administraciones anteriores que permitieron el paso de volquetas de carga pesada que las reventaron. Le dijeron que por qué no las ha pavimentado. Respondió que porque todavía no hay un Plan Maestro de Alcantarillado y que sin construir el alcantarillado no se puede pavimentar… Ante la pregunta de por qué Argelia no está en el Pacto Agrario, respondió que porque el Banco Agrario tiene demandado al municipio por una deuda vieja de $800 millones de pesos y que hasta que no pague, está por fuera de ese pacto que favorece a los campesinos. La tensión fue bajando de tal manera que ya el secretario de educación se notaba relajado, pero atento a cada pregunta… Leal, pero grosero y camorrista. Debería estar como jefe de escoltas…
Ya al atardecer, mirando el parque arrasado, a medio construir y con los trabajos casi paralizados, uno se pregunta: ¿“Por qué un pueblo POBRE, sin acueducto y alcantarillado, con todas sus calles destruidas, con un presupuesto de 9 mil millones que se gasta casi todo en burocracia infringiendo la ley, que tiene la mayoría de sus necesidades sociales sin resolver, se gasta 590 millones de pesos de las regalías en la remodelación del parque”? Y alguien en mi interior responde: “porque actúan como esos POBRES que cuando se ganan un chance de 2 millones de pesos, compran un equipo de sonido y celulares de alta gama, mientras los hijos no tienen zapatos no hay comida en la nevera, ni hay nevera”…
PD: Algunos analistas, que han profundizado en la remodelación del parque, (era considerado uno de los parques más bonitos de Antioquia) me contaron que no se va a terminar, porque lo contrataron con la Asociación de Municipios del Norte de Antioquia que no sabe hacer parques ni nada por el estilo y que esta asociación, subcontrató con un constructor que, según dicen, está quebrado y no va a terminar el parque, ni le va a devolver los 1.900 bultos de cemento a Flor Dey Granada, ni le va a cancelar más de 100 millones de pesos que les debe a los comerciantes argelinos que le fiaron material de construcción…